No importa la causalidad, paremos de emitir!

Quiero retomar una discusión que planteamos anteriormente, cuando nos preguntamos si la inflación actual es producto de un exceso de la cantidad de dinero.

Anticipándome al próximo post voy a responder lo siguiente: no importa!! Afortunadamente podemos resolver el problema de la inflación sin responder a esa  pregunta tan intrincada.

Ahora sólo va una parte.

Ok, comparto. No se si podemos afirmar que la emisión es la causa inflación (habría que reveer las nociones de causalidad, ver a que tipo de inflación nos referimos, etc.). Sin embargo podemos decir lo siguiente: Hasta no estar seguros de si efectivamente la emisión causa inflación, por favor no sigamos emitiendo tanto!! (al menos si nuestro interés es terminar con la inflación, la gran problemática que acecha a la economía Argentina hace tantísimo tiempo).

Cómo vimos que sucedió con el caso del cigarrillo y las enfermedades coronarias, aunque aún no se había podido establecer que el fumar cigarrillos sea la causa de dichas enfermedades, por una cuestión de prudencia el comité de salud de los Estados Unidos recomendaba asumir el sentido causal de la correlación entre el fumar cigarrillos y las enfermedades  coronarias, y así recomendaba no fumar. (“It is established that male cigarette smokers have a higher death rate from coronary artery disease than non-smoking males. Although the causative role of cigarette smoking in deaths from coronary disease is not proven, the Committee considers it more prudent from the public health viewpoint to assume that the established association has causative meaning, than to suspend judgment until no uncertainty remains”)

Exactamente lo mismo podemos pensar para el caso de la emisión monetaria y la inflación. Aunque aún no se haya sido posible mostrar causalidad desde la emisión hacia la inflación, dada la correlación tan estrecha que se verifica entre ellas, sería más prudente -desde el punto de vista del bienestar social- asumir asumir un sentido causal en dicha correlación que suspender todo juicio hasta estar completamente seguros. Es decir, pese a no estar seguros del sentido causal de la correlación entre emisión e inflación, por una cuestión de prudencia sería recomendable parar de emitir.

3 comentarios en “No importa la causalidad, paremos de emitir!

  1. radaracademico12

    La analogía no me parece del todo precisa. En el caso del vicio, la persona suele reconocer que le gustaría dejar de fumar pero que no puede hacerlo. Por lo tanto, «molestarlo» con políticas para no fumar le generan un costo en el corto plazo pero un beneficio en el largo.
    No emitir significa reducir el gasto público, que si tiene un buen componente social puede ser un costo importante en el corto plazo para la persona. Pero aun cuando uno postulara que una menor inflación hoy puede tener beneficios de largo plazo, esos beneficios se diseminarían entre muchos más que los afectados en el corto por el menor gasto.
    Es decir, aun en un mundo perfecto donde se cumplen todos los preceptos ortodoxos, «parar de emitir por las dudas» no parece lo mismo que «desestimular el consumo de tabaco por las dudas».
    Un saludo,
    Pablo

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  2. Nicolás Berneman Autor

    Pablo,
    Creo que la discusión que deberíamos dar es acerca de los beneficios y costos de la inflación. Entiendo que en lo que no estaríamos de acuerdo es en ese punto: el fumar nos parece claramente perjudicial para el individuo, mientras que la inflación «puede llegar a ser» perjudicial.
    Igual me parece que podemos mejorar el ejemplo y suponer que la persona no quiere dejar de fumar. Es decir, es consiente de los perjuicios de fumar en el largo plazo, pero prefiere seguir fumando por el placer que le reporta en el corto (fumar post almuerzo, con amigos, para acompañar bajar la tensión, porqué le gusta la sensación, etc).
    Ahí tenemos un ejemplo bastante parecido:
    Fumar: Beneficio de corto plazo (placer), problemas en el largo plazo (enfermedad).
    Inflación: Beneficio de corto plazo (mantener un cierto nivel de empleo), problemas en el largo (ajustes, recesiones, desempleo, gran perdida de poder de compra, etc).

    Si durante ya varios años se viene eligiendo la opción de inflaciones altas, entiendo que hay 2 problemas.
    1- Se sobre-estima los beneficios a corto plazo de la inflación
    2- No se observan los perjuicios a mediano-largo plazo
    3- También hay algún problema en los incentivos de los políticos (1- El beneficio lo obtengo en mi mandato –> gano aprobación-popularidad; 2- el perjuicio sucede en el mandato de mis sucesores –> gano aprobación-popularidad).

    1 y 2. Se resuelven en la teoría: hay un gran consenso (Modelos, teorías, evidencia) de que inflaciones altas (voy a decir ya por encima de 2 digitos) no es para nada recomendable.
    3. Se resuelve con cierta independencia del banco central. Entendiendo 1 y 2, es fundamental que el Banco Central resguarde el valor de la moneda. Eso no implica que no se le pueda encomendar otros objetivos, pero siempre supeditados a que al cumplimiento de su objetivo principal (resguardar el valor de la moneda, básicamente porque si no se cuenta con ese, difícilmente se logren alcanzar los demás de manera sostenida).

    Saludos!

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    1. radaracademico12

      Nicolás,
      Entiendo tu punto, pero creo que aun estamos yendo algo lejos con la metáfora. Dejar de fumar tiene en muchos casos beneficios inmediatos (digamos al mes), pero restringir la cantidad de dinero tiene un costo de corto plazo evidente. Y de nuevo, no es lo mismo (por ej) reducir el gasto y no emitir para financiar jubilaciones, que lo costean solo los jubilados, que que luego obtengan los beneficios de la estabilidad todos los habitantes.
      Por otra parte, la evidencia de que la inflación genera tarde o temprano todo lo que vos decís es mucho más mixta de lo que te imaginás. Ojo, no estoy diciendo que la inflación alta sea buena, solo que la relación entre demonización teórica del fenómeno y su evidencia es gigantesca, y refleja la tortuosa realidad de nuestra profesión: mucho ruido y pocas nueces.
      Un saludo!
      Pablo

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